Y vuelta a empezar. Nada cambia, todo es diferente.
Últimos coletazos del verano, el calor deja paso a temperaturas más amigables, cambiamos la anarquía por horarios más rutinarios y el curso toma velocidad.
Como reflexión de este mes: nada cambia, todo es diferente. El trabajo sigue siendo el mismo, mismos módulos y proyectos, pero cambian el alumnado, algunos compañeros y los objetivos personales. Veremos las dinámicas de centro y del departamento. Todo esto hace que todo sea diferente. ¿Esto es bueno o malo? Depende de cómo lo enfoquemos nosotros.
Dicho esto, arrancamos cumpliendo algunas de las cosas que había comentado en el post anterior, estoy yendo al gimnasio, he comenzado la EOI, y sigo con la lectura. Vamos por partes.