Han sido sólo 6 semanas, pero han dado para mucho. Cumpleaños de por medio, hace solo un par de semanas que hemos guardado los pantalones cortos y ya he cogido el primer resfriado de la temporada. Si la entrada al blog no llega en fechas, es que el trabajo, por momentos, me ha superado. Y es que, como dice el título, ha sido una auténtica montaña rusa.
Últimos coletazos del verano, el calor deja paso a temperaturas más amigables, cambiamos la anarquía por horarios más rutinarios y el curso toma velocidad.
Como reflexión de este mes: nada cambia, todo es diferente. El trabajo sigue siendo el mismo, mismos módulos y proyectos, pero cambian el alumnado, algunos compañeros y los objetivos personales. Veremos las dinámicas de centro y del departamento. Todo esto hace que todo sea diferente. ¿Esto es bueno o malo? Depende de cómo lo enfoquemos nosotros.
Dicho esto, arrancamos cumpliendo algunas de las cosas que había comentado en el post anterior, estoy yendo al gimnasio, he comenzado la EOI, y sigo con la lectura. Vamos por partes.
¿Y si os digo que he llegado a aburrirme de las vacaciones? Mucha playa, mucha siesta, pero demasiado calor. El verano que viene tengo que buscar algo que me saque del aire acondicionado :)
Agosto ha servido para reencontrarme con el sueño y despertarme (ojo a la locura) a las 9 de la mañana. El hombro ha seguido dándome problemas (mucho más del que pensaba y esperaba) todo el verano, y al final, acababa levantándome por el dolor. Dicho esto, me he notado mucho más relajado.
Las primeras semanas de vacaciones, al menos en mi caso, son graduales. La cabeza sigue en el trabajo; el cuerpo, en cambio, sólo me pide descanso. Poco a poco, el cambio de horario, los paseos nocturnos, alguna caña a deshora y la música en directo me llenan el corazón y el cuerpo de sangre nueva.
Los más viejunos recordaréis la típica notificación del antivirus de turno que decía "La base de datos de virus ha sido actualizada". Pues en eso estoy, actualizando mi base de datos, actualizando mi sistema.
En la entrada anterior reflexionaba sobre el curso, así que en esta me centraré en el futuro. Pero antes, un cuña publicitaria relativa al blog.
Las últimas semanas de Junio siempre son el principio del fin. Es un concepto que me gusta mucho. Todo tiene un inicio y un final. En un centro educativo, cada curso es volver a comenzar. Pero en la vida, los límites no están tan claros.
He visto cosas que no creeríais
¿Cuándo uno deja de ser joven y se convierte en un señor mayor? Hay un momento en el que montar en una montaña rusa deja de emocionarnos. ¿Cuándo sucede? Quién sabe. ¿Y cuál es el instante en el que una persona que pensabas que era buena deja de serlo y nos decepciona completamente? Si hablamos del amor, ya nos metemos en arenas movedizas.
La vida está llena de ciclos, de iteraciones, personas que van y vuelven, y otras que se van y se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Luego quedan las que siempre están ahí. Estas son las que hay que cuidar.
Lo bueno de los finales es que luego hay nuevos principios. Nuevos retos. Nuevas personas.
Hoy estoy sentimental y tengo tiempo, así que, preparaos que esta vez no escatimo en palabras.
Con la entrada de la formación del alumnado de 1º a la empresa, ha sido un mes de cambios. Como siempre, recta final del curso, el cierre de los PIIAFP, la EOI y, por supuesto, hay que dedicarle tiempo a la familia, amigos y a uno mismo.
Lo de la periodicidad mensual está difícil este curso. Casi tenía la entrada para el día 1, las ideas escritas y algo del ocio, pero entre unas cosas y otras no sacaba tiempo para cerrarla, así que aquí estamos, casi a mitad de mes y a las puertas de las vacaciones.
Marzo ha sido un mes agridulce...Sin entrar en detalles, a modo de reflexión, qué importante es que haya un buen clima de centro, con una comunicación abierta entre toda la comunidad y se escuchen las opiniones de todos. Hay momentos en la vida en los que te planteas si todo el esfuerzo vale la pena, y por suerte, tener buenos compañeros y amigos son imprescindible para no tirar la toalla.
Febrero siempre es un mes corto, pero que da para mucho. Tras la vuelta de navidad, cogemos la velocidad de crucero, y las rutinas ayudan a la productividad...
Respecto a la EOI y el C2 de Valenciano, llegan buenas noticias. Este mes hice los exámenes parciales, y todo va bien. Un 8 de media y con muy buenas sensaciones... Ya me he matriculado en las pruebas de certificación de mediados de mayo. Probablemente sea el objetivo número 1 de este curso, y pinta bien.
Fin de la primera evaluación. El primer trimestre suele ser el más duro. Por lo que dura, por el hecho de afrontar nuevos módulos profesionales. Nuevo alumnado. Nuevos proyectos.
Los primeros días de vacaciones sirven para recuperar ritmos de sueño y vida más sanos. Menos preocupaciones, menos madrugones y algo de tiempo para parar, pensar, reflexionar y organizar las ideas. Y que mejor que dejarlo por escrito.
Si pensaba que septiembre había empezado con un ritmo alto, este mes y medio de octubre y noviembre me están llevando al límite.
En ocasiones siento que soy un malabarista, que con tres pelotas parece que tiene cierta destreza. Pero cuando pasamos de 3 a 5, sabes que tarde o temprano, alguna caerá.
Septiembre siempre será sinónimo de un nuevo inicio. En el ámbito educativo, el 31 de agosto es Nochevieja y al día siguiente comienza el curso académico. Como siempre, empezamos con ilusión.
Si resumo en qué va a consistir el curso 24-25, podría decir que:
Vuelvo a impartir completamente un grupo presencial, con un módulo que ya domino, pero en el cual quiero innovar tanto metodológicamente como tecnológicamente.
Arrancamos dos PIIAFP del MEC, uno siendo líderes (el proyecto Lara), y en otro, colaborando (el proyecto de Hidrógeno Verde)
Compagino el trabajo con la EOI, en el 2º curso de C2 de valenciano.